lunes, 18 de octubre de 2010

Declaración de intenciones


Los fascistas que interpusieron la querella contra Garzón no midieron bien los efectos de su decisión pues puede ser que tras este largo proceso logren apartarlo de la carrera judicial pero han devuelto al primer plano de la actualidad un debate que parecía, una vez más, relegado al olvido. Cada vez que sale a luz alguna noticia sobre el proceso en el que está inmerso el juez español, de forma colateral sale a la luz la lucha de tantas personas para hacer justicia. Una justicia que se les negó en la dictadura franquista y se les vuelve e negar en ésta, nuestra modélica democracia.

A todos aquellos que dudan sobre la conveniencia del proceso abierto por las desapariciones del franquismo hay que recordarles que no estamos ante un tema cerrado y olvidado, que no se trata de reabrir heridas pues no se puede abrir algo que nunca ha estado cerrado. Pues no hay que confundir amnistía con amnesia. Tenemos dos opciones: podemos mirar para otro lado o bien meternos en las cunetas y afrontar el problema. Ahora y no dentro de otros 40 años, debemos optar entre una de las dos opciones y asumir las consecuencias de nuestra decisión porque lo que de verdad es despreciable es la indiferencia con la que se trata a las víctimas.

El hecho de que todabía hablemos de la suspensión de Garzón es una prueba de ello, pues esto no nace del capricho, sino de las denuncias de 22 asociaciones de familiares de desaparecidos en la Guerra Civil y la dictadura franquista. Asociaciones que ven como la suspensión de Garzón hará que ningún juez se atreva a tener en cuenta sus pretensiones. Para terminar, no sé a ciencia cierta si ha cometido prevaricación o no, aunque me decanto más por lo segundo, pero de lo que estoy seguro es que estamos ante una causa justa merecedora de todo nuestro apoyo.

1 comentario:

  1. Hoy por casualidad he encontrado esta página,es de hace tiempo,espero que sigas escribiendo para no olvidar,a los que faltan ni al juez Garzón.

    ResponderEliminar